Jorge Doldán se embarca en  una investigación artística que tiene como centro su preocupación por la ecología, y su necesidad de comunicar su posición ante el arte y ante el mundo. En sus ensamblajes, realiza una resignificación de materiales que son desechados por el desarrollo de sociedades, contaminantes del mar que van a dar a nuestras playas.
Pero no se queda en el concepto o significado: la dimensión material, la factura de la realización, la experticia,  es muy importante en su obra. Es así que aparece un contrapunto entre ese material de desecho, y sus ensamblajes realizados con esos elementos. Ensamblajes  que resultan armónicos, ordenados, estructurados. Como pensaba Torres García, esta unidad proveniente de estos valores,  es símbolo de lo universal.
Desde el punto de vista del estilo, tiene bastante que ver con el nuevo realismo: la vida misma, representada por los materiales del mundo real, que tuvieron su propia historia, ingresa en el mundo de la obra: pasado, presente y anhelo de un mundo mejor, se compactan en una sola entidad.
Sus obras son táctiles, remitiendo también a la textura histórica de nuestro tiempo: la fragmentación, desintegración, desmenuzamiento provenientes de un mundo globalizado. El artista reconfigura el sentido del objeto descartado por la sociedad de consumo, resignificándolo, y acercándolo a un ideal basado en la geometría, pero dotándolo también de calidez humana mediante trazos y colores, en  justo equilibrio. Es en este equilibrio que encuentra la semántica de su obra, y donde radica su espiritualidad.
Lic. Mirtha Machado